viernes, 16 de mayo de 2008

El hipertexto: El futuro de la información.

Aunque el término "hipertexto", es algo relativamente reciente, la idea de hipertexto, viene desde hace bastantes años. Con ello se pretende englobar a una forma de información, no secuencial, en la cual el lector sea el que elija su propio itinerario, y la cual esté organizada mediante la asociación de ideas. De forma, que se pueda englobar todo el conocimiento humano, y que esté al alcance de todo el mundo.
La primera persona con intención de propulsar una idea del hipertexto fue Vannevar Bush, quien en una época bastante difícil –a finales de la Segunda Guerra Mundial- proponía un modelo de aparato o máquina que pudiese poner la información a disposición de todo el mundo, como una biblioteca, pero mecanizada. Su modelo de aparato lo denominó “Memex”, y con él pretendía almacenar y extender todo tipo de información, no sólo la escrita, también fotografías, vídeos, etc. Su proposición, pretendía paliar los problemas que tenía el almacenamiento de la información, ya que la información, normalmente se almacenaba por criterios alfabéticos o numéricos. Frente a ello, él proponía un modelo de organización basado en la asociación de ideas de las personas y; de esta forma, cuando una persona se esté informando de algo, pueda seguirlo haciendo con distintas informaciones, de forma sencilla.
A Bush, le siguió Douglas Engelbart, con su proyecto, llamado “Augmentation Research Center”, consistente en una serie de máquinas que resolviesen problemas complejos y, sobre todo, cuya forma de funcionamiento se basase en el pensamiento, la asociación de ideas de las personas, al igual que proponía Bush. A Engelbart le debemos el sistema organizativo por ventanas, tal y como funciona en los sistemas operativos actuales, además del invento del ratón para el ordenador.
Pero es, finalmente, a Theodor Nelson a quien se le atribuye la divulgación del concepto de “hipertexto”. Con este término, Nelson, hace referencia a un texto que no sigue un orden secuencial, sino que permite que sea el propio lector el que decida. No sólo hace referencia a la secuencialidad del texto como tal, también al manejo de la información; es decir, los distintos caminos que puede tomar el lector para leer un texto u obtener una información. Para él, el soporte principal del hipertexto, era el ordenador. Nelson, tuvo como proyecto principal “Xanadu”, que pretendía organizar todo el saber humano, mediante una red informática, empleando para ello las ideas de asociación de Bush; organizando la información mediante enlaces, citas comunes, etc. Aunque este proyecto fracasó, Nelson siguió divulgando sus ideas mediante la publicación de libros, como “Computer Lib”, donde proponía a los ordenadores como liberación de las personas, sin seguir ningún tipo de orden; o “Literary Machines”, con un estudio acerca del hipertexto.
Es ya en la década de los 80 y los 90, cuando gracias a la extensión de la informática, se desarrollen sistemas hipertextuales como la “World Wide Web”, proyecto del científico inglés Tim Berners-Lee, y que incorpora múltiples formas de asociación.
Sin embargo, el problema en este momento deriva de la concentración de muchos campos diferentes, como la informática y la propia narrativa. Por ello, muchos autores, como por ejemplo Georde Landow se han centrado en este tema, y han intentado ver al hipertexto como una nueva forma de literatura moderna. De hecho, conocidos escritores como Julio Cortázar o Jorge Luis Borges, han escrito libros con una estructura no lineal, en las cuales, el lector elige cómo leer la historia. Por ello, Landow, y otros autores pretenden crear una técnica específica para este tipo de información.
En cuanto a la función del hipertexto, mucha gente lo ha equiparado a las tradicionales citas, o pies de página; sin embargo, el hipertexto tiene que permitir un acceso directo a la información; es decir, no se trata sólo de citarla, sino de poderla tener al alcance.
En este sentido, la información cambia, se convierte en algo abierto, donde no sólo el escritor, sino todos los lectores pueden interactuar entre sí; de forma que el hipertexto se puede considerar algo totalmente flexible; y, debido a este carácter del hipertexto, se necesita que haya coherencia, ya que nos movemos en distintos medios. La coherencia no se refiere únicamente a la linealidad de la estructura a la hora de escribir, sino a la interconexión de los distintos elementos que intervienen en la información.
Según Martin Entgerbretsen, en el hipertexto hay tres niveles de coherencia: La coherencia intranodal, que se refiere a la coherencia de cada nodo consigo mismo, sin tener en cuenta la parte global; la coherencia internodal, que se refiere a la coherencia entre distintos fragmentos o vínculos, y que a su vez divide en conexiones conectivas y asociativas: las conectivas siguen un orden lineal, aunque divididas aparecen en la misma secuencial, y las asociativas, se enlazan mediante otros medios, como por ejemplo los hipervínculo; y finalmente, la coherencia hiperestructural, que hace referencia a macroestructuras.
Hay diferentes estructuras para diseñar un hipertexto, que son las siguientes (de las más simples a las más complejas):
a) En los más simples:
  • Los lineales, los nodos van unos tras otros.
  • Serán mixtos, si incluimos posibilidad de retorno.

b) Hipertextos más elaborados:

  • Hipertexto estructurado: Puede estructurarse de diversas formas.
  • Hipertexto jerárquico: Es más estructurado, a partir de un nodo principal, se jerarquizan los siguientes.

c) Estructuras con conexiones entre nodos:

  • Nodos encadenados: Todos los nodos se entrelazan entre sí
  • Estructura reticular: Desde cualquier nodo, se llega a cualquier otro, pero no están todos necesariamente enlazados.

d) Estructuras abiertas y cerradas:

  • Estructuras cerradas: Un comienzo y un final, se entra por un nodo y se sale por otro.
  • Estructura arbórea o ramificada: Nodo inicial que da lugar a varias alternativas.
  • Estructuras abiertas: Una o varias entradas y salidas.
  • Estructura paralela: Arbórea, pero a su vez permite enlaces paralelos.
  • Estructura paralela y reticular: Todos los nodos permiten ir al resto.
  • Estructura con barreras: Si para pasar de un nodo a otro se tienen que cumplir condiciones.

Todas estas estructuras pueden combinarse, y emplearse según el contexto; además, la estructura fundamental, al final, siempre está en manos del periodista.
Tras determinar la estructura, hay que centrarse en la narrativa hipertextual en sí. Normalmente, en la red, la información se muestra por bloques.
Los tres elementos básicos de la estructura periodística son:

  • Las características de la información: Dependiendo de la información, el periodista la estructurará de una forma.
  • Las necesidades y el interés del usuario: Lo que atrae al usuario, y lo que el usuario necesita que sea explicado.
  • La plataforma utilizada: Dependiendo de si la información se transmite vía e-mail, en páginas web, etc.

Los pasos para diseñar una narración hipertextual son:

  • Fragmentar la información.
  • Buscar similitudes entre los fragmentos.
  • Agruparlas en distintas categorías.
  • Construir enlaces cruzados.
  • Usar guiones o mapas conceptuales.
  • Reconstruir la información.

Sin embargo, el hipertexto, como todo, tiene su parte negativa, ya que por ejemplo, los fragmentos breves pueden causar cansancio, o pérdida de interés.

Como conclusión final: El hipertexto es un nuevo horizonte, en el cual, la información se engloba de una manera asociativa, con coherencia; pero cuya narrativa, debe contralarse; incluyendo, incluso, técnicas para ello.



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